La brisa preñada de roció
recorre los campos germinados,
arrancando vida aquellas tierras
con el sudor y el viejo arado.
La mirada clavada esta en los cielos,
la cosecha es solo una esperanza,
el hambre como una cimitarra
amenaza tras la nube que descarga.
Las suplicas al Altísimo se elevan,
aunque siempre la iglesia despreciara.
Pero ahora, ¡Redios! es para los hijos,
Si Él interviene habrá esperanza.
recorre los campos germinados,
arrancando vida aquellas tierras
con el sudor y el viejo arado.
La mirada clavada esta en los cielos,
la cosecha es solo una esperanza,
el hambre como una cimitarra
amenaza tras la nube que descarga.
Las suplicas al Altísimo se elevan,
aunque siempre la iglesia despreciara.
Pero ahora, ¡Redios! es para los hijos,
Si Él interviene habrá esperanza.
Última edición por Alberto Sanchez el Jue 15 Jun - 9:12, editado 1 vez