Lo que fue belleza y un día retienes
a la fuerza acaba siendo una
presa, y al otro día no está.
Y así muere o escapa
en largo Silencio.
Siempre.
Nunca cabe el adiós del todo,
nunca; ni se carece de éste.
En cualquier instante
y lugar alguien
se va con
todo.
Con todo lo poseído,
y entonces el
tiempo se
diluye.
Sólo subsiste el dolor y en éste
la idea de una leve esperanza
y sonrisa que nunca
acaba de borrarse.
Manuel Meneses Jiménez.