El sabor de las cosas más sutiles tiene aroma.
El rencor deja un sabor amargo.
El amor nos devora sometiendo.
El odio deja un vacío que nunca llenas.
Y esta vida de lucha, rencores y penas,
al final, es solo un recuerdo
de pasiones que antaño disfrutamos.
Días que se esfumaron cual el viento,
desafectos que nunca consolaron,
hasta dejar nuestras almas sin aliento.
El rencor deja un sabor amargo.
El amor nos devora sometiendo.
El odio deja un vacío que nunca llenas.
Y esta vida de lucha, rencores y penas,
al final, es solo un recuerdo
de pasiones que antaño disfrutamos.
Días que se esfumaron cual el viento,
desafectos que nunca consolaron,
hasta dejar nuestras almas sin aliento.