¡Bien! Intento canalizar los mensajes del espíritu que animó al ajedrecista, que fue, Bobby Fischer, campeón del mundo. Además, quiero rimar las frases que yo vaya dilucidando o traduciendo, a medida que incorporo su pseudópodo o pseudo-pie, adentro de mi cerebro. Porque un alma es como una pelota luminosa. Y esa pelota puede meter un pie, en una cabeza, y no la rompe.
" Para hacer, bien, el Amor, puedes prescindir de pareja.
Se trata de la Luna contra el Sol, encima de un tablero.
El mapa del mundo adquiere sesenta y cuatro escaques:
Beige y marrón o blancos y negros. "
Nuestro planeta ve qué sucede entre los días y las noches.
" Si el viento sopla a tu favor, has de tensar las velas.
Esto quiere decir que surcarás el Mar, a través de tu oponente.
Buceando, dentro de su subconsciente. Y verás cómo es hueco.
Lo puedes examinar y responderle, antes de que te diga nada... "
También, tienes un escudo, por si quiere usar su espada.
" Entrando en ese jardín de flores, esculpes sus bonsáis y setos.
Le das una oportunidad de esmerarse y de perfeccionarse, al pobre.
Porque sabes que la Humildad no es su punto fuerte.
Le das, en las piernas (en las torres); le das al caballo... "
De tanta tensión, en una partida, casi me desmayo.
" Oigo voces, entonces, contra corriente.
Es una electricidad motriz, el pensamiento.
Me quiero levantar del asiento, pero es estático, el Ajedrez...
Ajetreo, ajedrez, bullicio, y todo, mezclado con silencios. "
¡Me estoy volviendo loco, poco a poco! Mi enemigo se da cuenta.
" Hacemos tablas, y nos estrechamos las manos.
Compartimos la extensión, formidable, de un momento.
Un momento es una manzana: Pero Nueva York es la Gran Manzana.
La partida de ajedrez es enorme, como una guía de teléfonos. "
¡Socorro! Sexo, en Nueva York. Y somos un par de hombres.
" Hermafroditismo. El colmo de nuestras paciencias.
Ya, me bato, en retirada. Me acuesto...
Apesto.
Quisiera jugar al Baloncesto. "
Estuve a la altura de las circunstancias: Merezco vivir en Londres.